Japón sigue dando argumentos a los enemigos de la energía nuclear.
Tokio ha desconectado hoy el reactor 3 de la nuclear de Tomari, el
último de los 54 del país, que antes del desastre de Fukushima producían
un 30% de la electricidad del país. El reactor de Tomari debía dejar de
funcionar a las dos de la tarde en España (23.00 en Japón).
Coincidiendo con este cierre, diversos grupos antinucleares se han manifestado hoy en el centro de Tokio para celebrar el apagón y expresar, como en ocasiones anteriores, su rechazo a este tipo de energía.
Tras el accidente de Fukushima, el 11 de marzo de 2011, que ha dejado miles de desplazados, Japón paró 17 reactores de la costa este del país.
Para los ecologistas, el caso japonés es un ejemplo, un símbolo. “Es una demostración muy clara de que se puede vivir sin nucleares.
El principal problema llegará en verano, cuando el país tiene la máxima punta de demanda eléctrica debido a los aires acondicionados contra el calor, sofocante, húmedo. En los grandes edificios de Tokio, por ejemplo, ni se pueden abrir las ventanas. El año pasado, el metro de la capital funcionó casi a oscuras y sin muchas escaleras mecánicas y los japoneses se embarcaron en un formidable ahorro en su vida diaria. Sin embargo, este verano puede ser peor, ya que hay menos nucleares y la producción industrial se recupera.
Al ser un archipiélago, no puede importar electricidad directamente del exterior, que es lo que ha hecho Alemania para suplir sus nucleares. Así que Japón ha sustituido la producción nuclear con la importación de gas licuado y carbón. En el último año (hasta marco de 2012), la balanza comercial del país mostró un déficit de 54.000 millones de dólares, y por primera vez desde 1980 registró un déficit comercial, principalmente por el aumento de la importación de combustibles.
Tokio ha lanzado también un programa de renovables (hasta ahora casi inexistente), pero aún tardará años. En los últimos seis meses tres delegaciones japonesas (del Gobierno, de la industria y de un instituto de desarrollo) han visitado España para conocer el sistema de primas españolas y el 17 hay previsto otro encuentro.
El apagón llega en un momento delicado para la industria nuclear. Reino Unido, que lanzó un programa de construcción de reactores, ha visto cómo el consorcio de las alemanas RWE y E.ON se ha retirado y cómo GDF Suez y Centrica han pedido más garantías públicas para invertir en nucleares. Iberdrola —que mantiene una alianza con GDF— mantiene formalmente su apuesta. En Francia, François Hollande, ha prometido que en el próximo quinquenio cerrará la nuclear de Fessenheim. Se trata de la más antigua del país, aunque es seis años más joven que Garoña. Estados Unidos construirá cuatro reactores, pero en Estados sureños, donde tienen garantizado el precio de la electricidad producida. En el resto la opción es alargar la vida útil hasta los 60 años e incluso se plantean ir más allá.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/05/04/actualidad/1336154839_444735.html
Coincidiendo con este cierre, diversos grupos antinucleares se han manifestado hoy en el centro de Tokio para celebrar el apagón y expresar, como en ocasiones anteriores, su rechazo a este tipo de energía.
Tras el accidente de Fukushima, el 11 de marzo de 2011, que ha dejado miles de desplazados, Japón paró 17 reactores de la costa este del país.
Para los ecologistas, el caso japonés es un ejemplo, un símbolo. “Es una demostración muy clara de que se puede vivir sin nucleares.
El principal problema llegará en verano, cuando el país tiene la máxima punta de demanda eléctrica debido a los aires acondicionados contra el calor, sofocante, húmedo. En los grandes edificios de Tokio, por ejemplo, ni se pueden abrir las ventanas. El año pasado, el metro de la capital funcionó casi a oscuras y sin muchas escaleras mecánicas y los japoneses se embarcaron en un formidable ahorro en su vida diaria. Sin embargo, este verano puede ser peor, ya que hay menos nucleares y la producción industrial se recupera.
Al ser un archipiélago, no puede importar electricidad directamente del exterior, que es lo que ha hecho Alemania para suplir sus nucleares. Así que Japón ha sustituido la producción nuclear con la importación de gas licuado y carbón. En el último año (hasta marco de 2012), la balanza comercial del país mostró un déficit de 54.000 millones de dólares, y por primera vez desde 1980 registró un déficit comercial, principalmente por el aumento de la importación de combustibles.
Tokio ha lanzado también un programa de renovables (hasta ahora casi inexistente), pero aún tardará años. En los últimos seis meses tres delegaciones japonesas (del Gobierno, de la industria y de un instituto de desarrollo) han visitado España para conocer el sistema de primas españolas y el 17 hay previsto otro encuentro.
El apagón llega en un momento delicado para la industria nuclear. Reino Unido, que lanzó un programa de construcción de reactores, ha visto cómo el consorcio de las alemanas RWE y E.ON se ha retirado y cómo GDF Suez y Centrica han pedido más garantías públicas para invertir en nucleares. Iberdrola —que mantiene una alianza con GDF— mantiene formalmente su apuesta. En Francia, François Hollande, ha prometido que en el próximo quinquenio cerrará la nuclear de Fessenheim. Se trata de la más antigua del país, aunque es seis años más joven que Garoña. Estados Unidos construirá cuatro reactores, pero en Estados sureños, donde tienen garantizado el precio de la electricidad producida. En el resto la opción es alargar la vida útil hasta los 60 años e incluso se plantean ir más allá.
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