jueves, 26 de abril de 2012

El niño canadiense que llevó agua a África

La historia del canadiense Ryan Hreljac y de su ONG que construye pozos en África se parece a uno de esos cuentos en los que un sueño se convierte en realidad. Una mañana, cuando tenía seis años, su maestra le explicó a la clase cómo muchos niños en África tenían que andar durante kilómetros para conseguir agua.
"Recuerdo que otro alumno preguntó cuánto tenían que andar para llegar a un lugar con agua potable y ella respondió cinco mil pasos", relata por teléfono Hreljac, que hoy tiene 20 años. "Conté los pasos que yo tenía que dar desde el aula a la fuente más cercana y eran solo diez". Aquello le conmovió. Se enteró de que una asociación canadiense construía pozos en África y decidió que recaudaría lo suficiente para construir uno.

El primer pozo

Ryan Hreljac.

La ONG que fundó ha facilitado el acceso al agua para 736.000 personas en 30 países. Equivocadamente, pensaba que un pozo costaba US$70. "Después de cuatro meses, ayudando en las tareas domésticas para conseguir el dinero, me dijeron que un pozo costaba en realidad unos US$2.000. Lejos de abandonar su ilusión, Hreljac explica que empezó a pedir ayuda y poco a poco fue ganándose el favor de los que le rodeaban. "Primero se sumaron mis amigos y mis padres (un policía y una funcionaria regional), luego mis compañeros de clase, luego toda la escuela, más tarde la escuela cercana...". Después de un año, reunió el dinero y con él se construyó un pozo en la Escuela de Primaria Angolo, en el norte de Uganda. Ryan asistió con sus padres a la ceremonia de apertura en la que los alumnos corearon su nombre.
Animado al ver que su esfuerzo estaba dando resultados, decidió que no debía conformarse con eso y así nació Ryan´s Well Foundation. La ONG que fundó ha ayudado a construir más de 700 pozos y calcula que ha facilitado el acceso al agua potable a unas 736.000 personas en unos 30 países, en África, Asia y Centroamérica. Ahora Ryan estudia en la Universidad de Halifax, en el este de Canadá, su tercer año de Desarrollo Internacional y Ciencias Políticas y continúa su trabajo con la ONG dando conferencias por todo el mundo sobre la falta de acceso al agua en el mundo pobre. Su trabajo ha sido reconocido por Unicef y ha recibido la Orden de Ontario, la condecoración más importante de su provincia de origen.

"Ilusiones"

Ryan Hreljac

Hreljac estudia desarrollo internacional y ciencias políticas al tiempo que ofrece conferencias por todo el mundo. Preguntado por sus planes para el futuro, Ryan dice que su ONG tratará de continuar con su "pequeño aporte" para resolver los problemas de acceso al agua. A pesar de su inusual logro, Ryan no se considera distinto. "Yo también jugaba a los videojuegos, salía con mis amigos a hacer deporte o a dar una vuelta el fin de semana". "No hay nada especial en mí. Fue este proyecto lo que resultó ser algo increíble".
Anima a otros niños que tengan ganas de ayudar como él a que no se deshagan de su ilusión. "No hay que tener miedo a ser idealista por mucho que se trate de un problema complejo como el acceso al agua".
"Hay más de mil millones de personas que sufren por este problema pero no hay que tener miedo a proponer soluciones".

Enlace relacionado:

Ciudad de México busca agua a dos kilómetros bajo tierra
Ryan Herljac nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene 21 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su maestra les habló de cómo vivían los niños en África.
Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua, pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas…
Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.
Cuando llegó a su casa fue directo a su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería… y lo hizo.
Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.
Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.
Así Ryan conoció a Akana; un chico que había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.
A día de hoy Ryan –con 21 años- tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.
Ryan Herljac nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene 21 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su maestra les habló de cómo vivían los niños en África.
Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua, pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas…
Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.
Cuando llegó a su casa fue directo a su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería… y lo hizo.
Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.
Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.
Así Ryan conoció a Akana; un chico que había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.
A día de hoy Ryan –con 21 años- tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.

El niño que le quitó la sed a medio millón de africanos


Ryan Herljac
Ryan Herljac nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene 21 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su maestra les habló de cómo vivían los niños en África.
Se conmovió profundamente al saber que algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua, pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del grifo durante horas…
Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.
Cuando llegó a su casa fue directo a su madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel hombre que volvería… y lo hizo.
Contagiados por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.
Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.
Así Ryan conoció a Akana; un chico que había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.
A día de hoy Ryan –con 21 años- tiene su propia fundación y lleva logrados más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico. Ryan se ha empeñado en acabar con la sed enyan Hreljac contaba con 6 años de edad cuando una conversación con su profesora de primer grado, la Sra. Prest, le cambió la vida. Ella le habló a la clase sobre la gente de África, quienes pasan por grandes dificultades para obtener agua pura y acceso a los pozos. Sin ésta necesidad humana básica, la gente, en especial los niños, pueden enfermarse y a veces morir. Profundamente conmovido, Ryan persuadió a sus padres para que le pagaran por hacer trabajos domésticos extra y finalmente obtuvo $75 que él pensó se necesitarían para perforar un pozo. Pero él estaba allí para recibir un shock. WaterCan, una organización no lucrativa que provee de agua limpia a países pobres, le mencionó que realmente costaría $2,000 perforar un pozo en otro continente.
Ryan no se dio por vencido. Se mantuvo sumamente ocupado realizando más tareas e incrementando su colecta. Meses más tarde, Ryan finalmente recolectó los $2,000 y el resto, “como dicen”, es historia. Envió el dinero a WaterCan y en enero de 1999, los Médicos Canadienses para el Apoyo y Alivio (CPAR, por sus siglas en inglés) perforaron un pozo a un costado de la escuela primaria Angolo al norte de Uganda, con los fondos recaudados por Ryan y muchos más.
Desde que aquel primer pozo se perforó en Uganda en 1999, RyansWell.ca tiene, con el apoyo de organizaciones tales como WaterCan, CPAR, CIDA (Agencia Canadiense Internacional de Desarrollo), y Liberen a los Niños, reunidos fondos por cerca de $800,000 para proveer de agua pura a la gente de África. De acuerdo con su madre, Susana, muchos otros han ayudado a lo largo del camino, incluyendo su escuela Santa Cruz, Niños del Milenio, UNICEF, Rotary, la Organización Mundial de la Salud, Mundo Internacional de Niños y Agua Pura.
En los pasados 18 meses Ryan ha viajado a través de Canadá, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos, China, Japón e Italia para motivar e inspirar a otros a expandir su “dandelion (Diente de León) de esperanza”. El próximo mes, Ryan será el orador principal junto con David Suzuki, (el galardonado científico medioambientalista y divulgador de la obra) en el Canwell 2004, la convención (realizada cada 2 años) y conferencia sobre los mantos subterráneos acuíferos en Vancouver, Canadá.


La Fundación del Pozo de Ryan ha apoyado proyectos de agua y sanidad que han sido concluidos o están en proceso en Uganda, Malawi, Nigeria, Kenya, Etiopía y Tanzania. Ryan ha conocido a mucha gente famosa de todo el mundo y ha sido incluso bendecido por el Papa pero él insiste en que es “tan sólo un chico normal”. Su madre, Susana, comenta: “Ryan trata a todo el que conoce de la misma forma. En su corazón todos hacemos una diferencia tanto si somos Primeros Ministros, ayudantes de estaciones de gasolineras o estudiantes de séptimo grado. Él cree de corazón que una niña de 5 años de edad de la Florida quien le mandó 5 centavos por realizar tareas de casa es tan importante como la del hombre de Dubai quien le envió 5,000 Dólares.”
Slater, la joven reportera de 11 años de edad de Mi Héroe, entrevistó a Ryan.
Mi Héroe:“Qué te hizo, a pesar de tener 6 años de edad, sentir que tenías que ayudar a la gente de África?”.
Ryan: “Cuando supe que había gente muriendo en el mundo porque no tenían agua potable, no lo pude creer! Yo doy 9 pasos y ahí la tengo. Agua pura justo a mi servicio. Algunas personas en África tienen que caminar por 5 millas para conseguir agua limpia. Mi nuevo hermano, Jimmy Akana, solía vivir en Uganda. Él me dijo que tendría que levantarse a las 12 de la noche y caminar por 5 millas para conseguir agua para su tío. Luego, caminaba 5 millas de regreso. ¡Hacia esto 3 veces antes de ir a la escuela!”.



Mi Héroe: ¿Qué has aprendido de la gente de África??
Ryan: “Aprendí que todos somos iguales. Cuando fui a Uganda, pedí poder ir a la escuela por un día. La pasé muy bien y también me divertí mucho jugando fútbol. Los niños en Uganda son niños comunes y corrientes. Son desafortunados por haber nacido en un país que no tiene tanta agua potable como la tenemos en Norte América”.
“He aprendido que cada niño necesita ciertas cosas para poder estar sanos y felices, sin importar dónde vivan. Los niños necesitan agua limpia y sanidad. Necesitan suficientes alimentos para comer, necesitan poder ser capaces de asistir a la escuela y necesitan una oportunidad para jugar y divertirse. De esa manera ellos también podrían ayudar al mundo”.
“El mundo es como un rompecabezas inmenso y todos nosotros nos lo tenemos que ingeniar para darnos cuenta a qué lugar corresponde nuestra pieza de rompecabezas. Yo me dí cuenta de que mi pieza encajaba con el agua pura. Sólo espero que todo el mundo sepa a qué lugar corresponde su pieza.”
Mi Héroe: ¿Si tuvieras la atención del mundo por 5 minutos, qué harías?
Ryan: “Si yo tuviera la atención del mundo por 5 minutos, le pediría a todos reflexionar sobre cuánto tenemos. En Canadá tenemos tantas cosas. Le pediría a la gente que pensara sobre lo que quieren y lo que realmente necesitan. Les pediría que compartieran tan sólo un pedacito, sin importar dónde vivan”.
“Le pediría a todos que crean en sus sueños. Si lo haces, tú puedes lograr cualquier cosa.”
“A veces la gente piensa que no tienen demasiado extra para compartirlo, pero están equivocados. Te diré por qué. Los chicos de la Escuela Primaria Angolo, en Uganda (Allí es donde se encuentra mi primer pozo) decidieron, después de que los visitara, que ellos también podían compartir. Ellos me dijeron que iban a hacer como yo y marcar la diferencia. Éstos niños no tenían nada, pero ellos decidieron que iban a invertir 5 días fuera del período escolar para ejercer un voluntariado, ayudando a los ancianos o gente que tienen sida y otras cosas más”.
“Llamaría la atención de todos los líderes mundiales y les pediría que pensaran en TODOS en este mundo y no sólo en la gente de sus países y sus fronteras. Les pediría que hicieran lo que yo aprendí cuando estaba en kindergarten, y compartir. Les pediría también que pasaran más tiempo escuchando a los niños.” Mi Héroe: “Tú eres un héroe para mucha gente en todo el mundo. ¿Quién es tu héroe y por qué?”
Ryan: “Mis héroes son los niños en todo el mundo quienes están trabajando para hacer la diferencia a pesar de que existen infinidad de adultos quienes no siempre los escuchan y que no piensan que ellos lo pueden lograr pero ellos pueden ¡y eso es estupendo!”


Mi Héroe: Tú ya has logrado tanto en tu corta vida, ¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Ryan:“Cuando sea grande, quiero ser un ingeniero hidráulico y realizar mi trabajo en África, y quiero que todo el mundo tenga acceso al agua potable”.
Mi Héroe: ¿De qué forma podrían los niños involucrarse contigo en la perforación de pozos?
Ryan: “Los niños podrían recaudar fondos para proyectos referentes al agua. Cuando se trata de construir un pozo, el costo puede variar dependiendo de qué región de África se trate: las condiciones de la tierra, la profundidad del pozo, el equipo y disponibilidad de trabajadores capacitados. También hemos aprendido que construir un pozo es tan sólo un paso en el proceso de proveer de agua potable. Existen otros costos como por ejemplo entrenar a individuos de la localidad en el mantenimiento del pozo y enseñarles sobre los procesos sanitarios adecuados para garantizar que el pozo sea un éxito”.
“Si lo niños quieren realizar colectas de dinero y necesitan de algunas ideas, tú puedes lavar un carro, realizar una venta de panes, una venta de artículos de casa que no necesites o vender agua embotellada. Algunas escuelas están realizando lo que yo hice y realizan tareas extra para conseguir el propósito de la escuela de construir un pozo. Si cada estudiante de colegio ahorrara $1 por semana por 10 semanas, y existieran 100 personas en el colegio, entonces eso representaría ¡$1,000!!! Algunos estudiantes donan parte de su dinero obtenido por cuidar niños o recogen basura en el vecindario. El canadiense promedio utiliza cerca de 343 litros de agua por persona y la gente promedio de los Estados Unidos utiliza 555 litros, o 147 galones. En Uganda, la gente promedio utiliza menos de 10 litros. Algunos niños en Canadá venden camisetas o agua embotellada con un estampado de 343 vs. 10 en sus camisetas para decirles a la gente que necesitamos ahorrar más agua”.
Mi Héroe: ¿Cómo te diviertes?
Ryan: “Paso la mitad de mi tiempo brindando ayuda al mundo y la otra mitad siendo niño. Participo en el equipo de básquetbol de mi escuela y también juego en un equipo de hockey sobre hielo. Me gustan los juegos de computadora y me gusta leer y jugar ajedrez. ¡Oh! Me encanta reír. Veo mucho a los Simpson's."

1 comentario:

  1. Hreljac buenas noches, por favor mira este equipo, inventado en Colombia. Como se puede integrar con tus proyectos?. Este equipo esta para durar 25 a 50 años.
    https://www.youtube.com/watch?v=Bsx4Ah10KKw

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