La historia del canadiense Ryan Hreljac y de su ONG
que construye pozos en África se parece a uno de esos cuentos en los que
un sueño se convierte en realidad. Una mañana, cuando tenía seis años, su maestra
le explicó a la clase cómo muchos niños en África tenían que andar
durante kilómetros para conseguir agua.
"Recuerdo que otro alumno preguntó
cuánto tenían que andar para llegar a un lugar con agua potable y ella
respondió cinco mil pasos", relata por teléfono Hreljac, que hoy tiene
20 años. "Conté los pasos que yo tenía que dar desde el aula a la fuente más cercana y eran solo diez". Aquello le conmovió. Se enteró de que una
asociación canadiense construía pozos en África y decidió que recaudaría
lo suficiente para construir uno.
El primer pozo
La ONG que fundó ha facilitado el acceso al agua para 736.000 personas en 30 países. Equivocadamente, pensaba que un pozo costaba US$70. "Después de cuatro meses, ayudando en las tareas
domésticas para conseguir el dinero, me dijeron que un pozo costaba en
realidad unos US$2.000. Lejos de abandonar su ilusión, Hreljac explica
que empezó a pedir ayuda y poco a poco fue ganándose el favor de los que
le rodeaban. "Primero se sumaron mis amigos y mis padres (un
policía y una funcionaria regional), luego mis compañeros de clase,
luego toda la escuela, más tarde la escuela cercana...". Después de un año, reunió el dinero y con él se
construyó un pozo en la Escuela de Primaria Angolo, en el norte de
Uganda. Ryan asistió con sus padres a la ceremonia de apertura en la que
los alumnos corearon su nombre.
Animado al ver que su esfuerzo estaba dando
resultados, decidió que no debía conformarse con eso y así nació Ryan´s
Well Foundation. La ONG que fundó ha ayudado a construir más de
700 pozos y calcula que ha facilitado el acceso al agua potable a unas
736.000 personas en unos 30 países, en África, Asia y Centroamérica. Ahora Ryan estudia en la Universidad de Halifax,
en el este de Canadá, su tercer año de Desarrollo Internacional y
Ciencias Políticas y continúa su trabajo con la ONG dando conferencias
por todo el mundo sobre la falta de acceso al agua en el mundo pobre. Su trabajo ha sido reconocido por Unicef y ha
recibido la Orden de Ontario, la condecoración más importante de su
provincia de origen.
"Ilusiones"
Hreljac estudia desarrollo internacional y ciencias políticas al tiempo que ofrece conferencias por todo el mundo. Preguntado por sus planes para el futuro, Ryan
dice que su ONG tratará de continuar con su "pequeño aporte" para
resolver los problemas de acceso al agua. A pesar de su inusual logro, Ryan no se considera distinto. "Yo también jugaba a los videojuegos, salía con mis amigos a hacer deporte o a dar una vuelta el fin de semana". "No hay nada especial en mí. Fue este proyecto lo que resultó ser algo increíble".
Anima a otros niños que tengan ganas de ayudar como él a que no se deshagan de su ilusión. "No hay que tener miedo a ser idealista por mucho que se trate de un problema complejo como el acceso al agua".
"Hay más de mil millones de personas que sufren por este problema pero no hay que tener miedo a proponer soluciones".
Enlace relacionado:
Ciudad de México busca agua a dos kilómetros bajo tierra
Ryan
Herljac nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene
21 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su
maestra les habló de cómo vivían los niños en África.
Se conmovió profundamente al saber que
algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua,
pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del
grifo durante horas…
Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.
Cuando llegó a su casa fue directo a su
madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo
para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo
y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos
dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre
que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los
niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba
realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó
claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara
cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel
hombre que volvería… y lo hizo.
Contagiados
por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos
y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares
trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para
pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.
Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.
Así Ryan conoció a Akana; un chico que
había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por
estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a
sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los
padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo
donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores
coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.
A día
de hoy Ryan –con 21 años- tiene su propia fundación y lleva logrados
más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación
y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge
donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico.
Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.
Ryan
Herljac nació en Canadá en mayo del 91, es decir que a día de hoy tiene
21 años De pequeño, en la escuela, cuando tenía tan solo seis añitos su
maestra les habló de cómo vivían los niños en África.
Se conmovió profundamente al saber que
algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua,
pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del
grifo durante horas…
Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.
Cuando llegó a su casa fue directo a su
madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo
para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo
y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos
dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre
que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los
niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba
realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó
claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara
cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel
hombre que volvería… y lo hizo.
Contagiados
por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos
y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares
trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para
pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.
Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.
Así Ryan conoció a Akana; un chico que
había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por
estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a
sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los
padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo
donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores
coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.
A día
de hoy Ryan –con 21 años- tiene su propia fundación y lleva logrados
más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación
y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge
donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico.
Ryan se ha empeñado en acabar con la sed en África.
El niño que le quitó la sed a medio millón de africanos
Ryan Herljac
Ryan Herljac nació en Canadá en mayo del
91, es decir que a día de hoy tiene 21 años De pequeño, en la escuela,
cuando tenía tan solo seis añitos su maestra les habló de cómo vivían
los niños en África.
Se conmovió profundamente al saber que
algunos hasta mueren de sed, que no hay pozos de dónde sacar agua,
pensar que a él le bastaba dar unos pasos para que el agua saliera del
grifo durante horas…
Ryan preguntó cuánto costaría llevarles agua. La maestra lo pensó un poco y recordó una organización llamada WaterCan dedicada al tema y le dijo que un pequeño pozo podía costar unos 70 dólares.
Cuando llegó a su casa fue directo a su
madre Susan y le dijo que necesitaba 70 dólares para comprar un pozo
para los niños africanos. Su madre le dijo que debía ganárselos él mismo
y le fue poniendo tareas en casa con las que Ryan se ganaba algunos
dólares a la semana. Finalmente reunió los 70 dólares y pidió a su madre
que lo acompañara a la sede de WaterCan para comprar su pozo para los
niños de África. Cuando lo atendieron le dijeron que lo que costaba
realmente la perforación de un pozo eran 2000 dólares. Susan le dejó
claro que ella no podía darle 2000 dólares por más que limpiara
cristales para toda la vida, pero Ryan no se rindió. Le prometió a aquel
hombre que volvería… y lo hizo.
Contagiados
por su entusiasmo, todos se pusieron a trabajar : sus hermanos, vecinos
y amigos. Entre todo el vecindario lograron reunir 2000 dólares
trabajando y haciendo mandados y Ryan volvió triunfal a WaterCan para
pedir su pozo.
En enero del 99 se perforó un pozo en un pueblo al norte de Uganda. A partir de ahí empieza la leyenda. Ryan no ha parado de recaudar fondos y viajar por medio globo buscando apoyos.
Cuando el pozo de Angola estuvo hecho, el colegio comenzó un carteo con niños del colegio que estaba al lado del pozo, en África.
Así Ryan conoció a Akana; un chico que
había escapado de las garras de los ejércitos de niños y que luchaba por
estudiar cada día. Ryan se sintió cautivado por su nuevo amigo y pidió a
sus padres ir a verle. Con un gran esfuerzo económico por su parte, los
padres pagaron un viaje a Uganda y Ryan en el 2000 llegó al pueblo
donde se había perforado su pozo. Cientos de niños de los alrededores
coreaban su nombre formando un pasillo.
- ¿Saben mi nombre? -preguntó Ryan a su guía
- Todo el mundo a 100 kilómetros a la redonda lo sabe, le respondió.
A día
de hoy Ryan –con 21 años- tiene su propia fundación y lleva logrados
más de 400 pozos en África. Se encarga también de proporcionar educación
y de enseñar a los nativos a cuidar de los pozos y del agua. Recoge
donaciones de todo el mundo y estudia para ser ingeniero hidráulico.
Ryan se ha empeñado en acabar con la sed enyan Hreljac contaba con 6 años de edad
cuando una conversación con su profesora de primer grado, la Sra. Prest,
le cambió la vida. Ella le habló a la clase sobre la gente de África,
quienes pasan por grandes dificultades para obtener agua pura y acceso a
los pozos. Sin ésta necesidad humana básica, la gente, en especial los
niños, pueden enfermarse y a veces morir. Profundamente conmovido, Ryan
persuadió a sus padres para que le pagaran por hacer trabajos domésticos
extra y finalmente obtuvo $75 que él pensó se necesitarían para
perforar un pozo. Pero él estaba allí para recibir un shock. WaterCan,
una organización no lucrativa que provee de agua limpia a países pobres,
le mencionó que realmente costaría $2,000 perforar un pozo en otro
continente.
Ryan no se dio por
vencido. Se mantuvo sumamente ocupado realizando más tareas e
incrementando su colecta. Meses más tarde, Ryan finalmente recolectó los
$2,000 y el resto, “como dicen”, es historia. Envió el dinero a
WaterCan y en enero de 1999, los Médicos Canadienses para el Apoyo y
Alivio (CPAR, por sus siglas en inglés) perforaron un pozo a un costado
de la escuela primaria Angolo al norte de Uganda, con los fondos
recaudados por Ryan y muchos más.
Desde
que aquel primer pozo se perforó en Uganda en 1999, RyansWell.ca tiene,
con el apoyo de organizaciones tales como WaterCan, CPAR, CIDA (Agencia
Canadiense Internacional de Desarrollo), y Liberen a los Niños,
reunidos fondos por cerca de $800,000 para proveer de agua pura a la
gente de África. De acuerdo con su madre, Susana, muchos otros han
ayudado a lo largo del camino, incluyendo su escuela Santa Cruz, Niños
del Milenio, UNICEF, Rotary, la Organización Mundial de la Salud, Mundo
Internacional de Niños y Agua Pura.
En los pasados 18 meses Ryan
ha viajado a través de Canadá, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos,
China, Japón e Italia para motivar e inspirar a otros a expandir su
“dandelion (Diente de León) de esperanza”. El próximo mes, Ryan será el
orador principal junto con David Suzuki, (el galardonado científico
medioambientalista y divulgador de la obra) en el Canwell 2004, la
convención (realizada cada 2 años) y conferencia sobre los mantos
subterráneos acuíferos en Vancouver, Canadá.
La
Fundación del Pozo de Ryan ha apoyado proyectos de agua y sanidad que
han sido concluidos o están en proceso en Uganda, Malawi, Nigeria,
Kenya, Etiopía y Tanzania. Ryan ha conocido a mucha gente famosa de todo
el mundo y ha sido incluso bendecido por el Papa pero él insiste en que
es “tan sólo un chico normal”. Su madre, Susana, comenta: “Ryan trata a
todo el que conoce de la misma forma. En su corazón todos hacemos una
diferencia tanto si somos Primeros Ministros, ayudantes de estaciones de
gasolineras o estudiantes de séptimo grado. Él cree de corazón que una
niña de 5 años de edad de la Florida quien le mandó 5 centavos por
realizar tareas de casa es tan importante como la del hombre de Dubai
quien le envió 5,000 Dólares.”
Slater, la joven reportera de 11 años de edad de Mi Héroe, entrevistó a Ryan.
Mi Héroe:“Qué te hizo, a pesar de tener 6 años de edad, sentir que tenías que ayudar a la gente de África?”.
Ryan: “Cuando supe que había gente
muriendo en el mundo porque no tenían agua potable, no lo pude creer! Yo
doy 9 pasos y ahí la tengo. Agua pura justo a mi servicio. Algunas
personas en África tienen que caminar por 5 millas para conseguir agua
limpia. Mi nuevo hermano, Jimmy Akana, solía vivir en Uganda. Él me dijo
que tendría que levantarse a las 12 de la noche y caminar por 5 millas
para conseguir agua para su tío. Luego, caminaba 5 millas de regreso.
¡Hacia esto 3 veces antes de ir a la escuela!”.
Mi Héroe: ¿Qué has aprendido de la gente de África??
Ryan: “Aprendí que todos somos
iguales. Cuando fui a Uganda, pedí poder ir a la escuela por un día. La
pasé muy bien y también me divertí mucho jugando fútbol. Los niños en
Uganda son niños comunes y corrientes. Son desafortunados por haber
nacido en un país que no tiene tanta agua potable como la tenemos en
Norte América”.
“He aprendido
que cada niño necesita ciertas cosas para poder estar sanos y felices,
sin importar dónde vivan. Los niños necesitan agua limpia y sanidad.
Necesitan suficientes alimentos para comer, necesitan poder ser capaces
de asistir a la escuela y necesitan una oportunidad para jugar y
divertirse. De esa manera ellos también podrían ayudar al mundo”.
“El
mundo es como un rompecabezas inmenso y todos nosotros nos lo tenemos
que ingeniar para darnos cuenta a qué lugar corresponde nuestra pieza de
rompecabezas. Yo me dí cuenta de que mi pieza encajaba con el agua
pura. Sólo espero que todo el mundo sepa a qué lugar corresponde su
pieza.”
Mi Héroe: ¿Si tuvieras la atención del mundo por 5 minutos, qué harías?
Ryan:
“Si yo tuviera la atención del mundo por 5 minutos, le pediría a todos
reflexionar sobre cuánto tenemos. En Canadá tenemos tantas cosas. Le
pediría a la gente que pensara sobre lo que quieren y lo que realmente
necesitan. Les pediría que compartieran tan sólo un pedacito, sin
importar dónde vivan”.
“Le pediría a todos que crean en sus sueños. Si lo haces, tú puedes lograr cualquier cosa.”
“A
veces la gente piensa que no tienen demasiado extra para compartirlo,
pero están equivocados. Te diré por qué. Los chicos de la Escuela
Primaria Angolo, en Uganda (Allí es donde se encuentra mi primer pozo)
decidieron, después de que los visitara, que ellos también podían
compartir. Ellos me dijeron que iban a hacer como yo y marcar la
diferencia. Éstos niños no tenían nada, pero ellos decidieron que iban a
invertir 5 días fuera del período escolar para ejercer un voluntariado,
ayudando a los ancianos o gente que tienen sida y otras cosas más”.
“Llamaría la atención de
todos los líderes mundiales y les pediría que pensaran en TODOS en este
mundo y no sólo en la gente de sus países y sus fronteras. Les pediría
que hicieran lo que yo aprendí cuando estaba en kindergarten, y
compartir. Les pediría también que pasaran más tiempo escuchando a los
niños.”
Mi Héroe: “Tú eres un héroe para mucha gente en todo el mundo. ¿Quién es tu héroe y por qué?”
Ryan:
“Mis héroes son los niños en todo el mundo quienes están trabajando
para hacer la diferencia a pesar de que existen infinidad de adultos
quienes no siempre los escuchan y que no piensan que ellos lo pueden
lograr pero ellos pueden ¡y eso es estupendo!”
Mi Héroe: Tú ya has logrado tanto en tu corta vida, ¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Ryan:“Cuando
sea grande, quiero ser un ingeniero hidráulico y realizar mi trabajo en
África, y quiero que todo el mundo tenga acceso al agua potable”.
Mi Héroe: ¿De qué forma podrían los niños involucrarse contigo en la perforación de pozos?
Ryan:
“Los niños podrían recaudar fondos para proyectos referentes al agua.
Cuando se trata de construir un pozo, el costo puede variar dependiendo
de qué región de África se trate: las condiciones de la tierra, la
profundidad del pozo, el equipo y disponibilidad de trabajadores
capacitados. También hemos aprendido que construir un pozo es tan sólo
un paso en el proceso de proveer de agua potable. Existen otros costos
como por ejemplo entrenar a individuos de la localidad en el
mantenimiento del pozo y enseñarles sobre los procesos sanitarios
adecuados para garantizar que el pozo sea un éxito”.
“Si lo niños quieren
realizar colectas de dinero y necesitan de algunas ideas, tú puedes
lavar un carro, realizar una venta de panes, una venta de artículos de
casa que no necesites o vender agua embotellada. Algunas escuelas están
realizando lo que yo hice y realizan tareas extra para conseguir el
propósito de la escuela de construir un pozo. Si cada estudiante de
colegio ahorrara $1 por semana por 10 semanas, y existieran 100 personas
en el colegio, entonces eso representaría ¡$1,000!!! Algunos
estudiantes donan parte de su dinero obtenido por cuidar niños o recogen
basura en el vecindario. El canadiense promedio utiliza cerca de 343
litros de agua por persona y la gente promedio de los Estados Unidos
utiliza 555 litros, o 147 galones. En Uganda, la gente promedio utiliza
menos de 10 litros. Algunos niños en Canadá venden camisetas o agua
embotellada con un estampado de 343 vs. 10 en sus camisetas para
decirles a la gente que necesitamos ahorrar más agua”.
Mi Héroe: ¿Cómo te diviertes?
Ryan: “Paso la mitad de mi tiempo
brindando ayuda al mundo y la otra mitad siendo niño. Participo en el
equipo de básquetbol de mi escuela y también juego en un equipo de
hockey sobre hielo. Me gustan los juegos de computadora y me gusta leer y
jugar ajedrez. ¡Oh! Me encanta reír. Veo mucho a los Simpson's."
Hreljac buenas noches, por favor mira este equipo, inventado en Colombia. Como se puede integrar con tus proyectos?. Este equipo esta para durar 25 a 50 años.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=Bsx4Ah10KKw